La genética cumple un rol fundamental en el desarrollo del embrión y del futuro bebé.
Algunas de las características genéticas son transmitidas por los padres, mientras que otras surgen durante las etapas del desarrollo del propio embrión en el útero materno.
Podríamos dividir los aspectos genéticos y los eventuales estudios de ADN diagnósticos y preventivos en tres etapas:
1) La etapa preconcepcional: comprende las evaluaciones que podrían realizarse antes de buscar embarazo o durante la etapa diagnóstica de la pareja.
2) La etapa preimplantatoria: comprende las evaluaciones que podrían realizarse sobre el embrión, en el caso de parejas que se encuentren en tratamiento de reproducción asistida.
3) La etapa postconcepcional o prenatal: comprende las evaluaciones que podrían realizarse para estudiar genéticamente al embrión una vez que se haya logrado el embarazo.
1ra Etapa:
Aspectos Genéticos en la Etapa Diagnóstica de la Pareja
Estudios Preconcepcionales
El aspecto genético tiene importancia en todas las parejas que estén buscando embarazo, incluso en parejas sin antecedentes familiares de enfermedades genéticas.
En ocasiones, la genética puede ser la causa de una infertilidad o de pérdidas de embarazos, mientras que en otras puede representar un riesgo reproductivo latente, debido a la portación de alteraciones genéticas que no ocasionan síntomas en los padres, pero que podrían transmitirse a la descendencia (por ej., portación de translocaciones cromosómicas balanceadas o de genes alterados recesivos en alguno de los padres).
Estudios para Prevenir una Enfermedad Hereditaria
a - “Estudios de Portadores de Enfermedades Recesivas”
La mayoría de las enfermedades genéticas surgen en parejas que no tienen antecedentes familiares ni personales de afecciones genéticas. Existe un grupo de condiciones llamadas “enfermedades monogénicas recesivas”, al que pertenecen muchos de los cuadros genéticos incurables como la fibrosis quística, la atrofia muscular espinal, enfermedades metabólicas, ciertas cegueras y sorderas, entre otros.
El 82% de la población mundial es portadora de por lo menos un gen alterado que, por ser recesivo, no le produce manifestaciones. Sin embargo, si las copias recesivas del hombre y de la mujer se combinan en el embrión, se podría producir una enfermedad genética.
La mayoría de las personas porta en promedio 2 o 3 genes mutados o anómalos.
En resumen, para que estas enfermedades graves surjan en un niño/a, es necesario que ambos miembros de la pareja sean portadores de alteraciones en el mismo gen y que éstas se combinen en el niño por nacer.
Esto ocurre en el 3 a 5% de todas las parejas y muchas de estas condiciones pueden evaluarse mediante estudios de “portadores de enfermedades genéticas recesivas”, también llamados “screening de portadores” o de “Compatibilidad Genética de la pareja”.
¿Qué sucede si se detecta una incompatibilidad de pareja?
Si ambos miembros de una determinada pareja comparten mutaciones en el mismo gen, entonces existe un riesgo del 25% de transmitir una enfermedad. El tipo de enfermedad y su gravedad dependerán de cuál sea el gen alterado. Este 25% de riesgo surge de las posibles combinaciones de los genes de los padres en el embrión.
En caso de que se detecte esta situación de “incompatibilidad”, la alternativa que existe para disminuir ese riesgo, es la realización de un estudio genético sobre los embriones, llamado Estudio Genético Preimplantatorio de Enfermedades Monogénicas (PGT-M).
Para poder efectuar este estudio, es necesario conocer cuáles son los genes alterados y cuál es el tipo de alteración (mutación), que cada gen presenta, en los miembros de la pareja.
Este estudio de PGT-M no puede realizarse de manera genérica y universal sobre todos los genes de todos los embriones. Por este motivo, se requiere primero la evaluación de la pareja, antes de poder estudiar al embrión.
Estudios para prevenir una enfermedad hereditaria
Fig. A) “Screening de Portadores” o de “Compatibilidad Genética de la Pareja”
Los “estudios de portadores de enfermedades genéticas recesivas”, también llamados de “compatibilidad genética en la pareja” o “screening de portadores”, ayudan a determinar el riesgo de tener un hijo con una enfermedad genética incurable y a definir si es necesario evaluar genéticamente al embrión previo a su transferencia al útero materno.
Los estudios de portadores de enfermedades genéticas recesivas son especialmente importantes en tratamientos de reproducción asistida realizados mediante OVODONACIÓN o ESPERMODONACIÓN, ya que ayudan a seleccionar mejor a la persona donante, minimizando la probabilidad de que nazca un niño afectado.
De este modo, los estudios de portadores de enfermedades recesivas disminuyen la probabilidad de tener un niño afectado en:
- Cualquier pareja de la población general.
- Etnias específicas con mayor riesgo de portación.
- Tratamientos mediante ovodonación.
- Tratamientos mediante espermodonación.
¿Cuáles son los pasos a seguir para realizar un estudio de portadores de enfermedades genéticas recesivas?
1) Consulta de asesoramiento genético pretest – Define el riesgo previo existente en la familia (riesgo basal), en base a los antecedentes y etnias de ambos miembros de la pareja. Además, explica y desarrolla los alcances y limitaciones de cada estudio.
2) Toma de muestra biológica (generalmente sangre o saliva) – A partir de ésta, se realizará el estudio del ADN de la persona.
3) Análisis genético por técnica de NGS e interpretación bioinformática de las variantes halladas – Permite reconocer si la información hallada en los genes se encuentra clasificada como variante normal o como una variante patogénica, también llamada “mutación”.
4) Informe de resultados – Detalla la información genética del paciente, expresando “POSITIVO” o “NEGATIVO” para cada gen estudiado.
5) Asesoramiento genético postest – Permite evaluar de una forma integral cada uno de los hallazgos reportados en el informe de resultados, definir la conducta adecuada a seguir y asesorar sobre los riesgos residuales posteriores a la realización del estudio.
Otros Estudios Preconcepcionales
B - “Estudios Cromosómicos de Pareja”
Entre el 5 y el 8% de todos los casos de infertilidad masculina, femenina o de pareja, y también de los casos de abortos espontáneos a repetición o de falla de implantación, se deben a anomalías en los cromosomas de alguno de los padres, como por ejemplo las translocaciones cromosómicas balanceadas. Estas anomalías también podrían, en menor medida, causar el nacimiento de un niño con un síndrome genético.
Los estudios cromosómicos de pareja, también llamados “cariotipos en sangre periférica”, permiten descartar estas anomalías a partir de una muestra de sangre en ambos miembros de la pareja.